Mi experiencia en un accidente
07.06.2013 17:07
Mi experiencia en un accidente
El sábado 1 de junio se realizó un simulacro de accidente entre un ómnibus escolar y un auto en las inmediaciones del Polideportivo Malal Hue, que comprometía la participación de Defensa Civil, el equipo de bomberos, el hospital regional, algunas ambulancias de empresas privadas y los alumnos y profesores de la escuela de líderes. Yo era parte del último grupo como alumno de la EdL.
Todo comenzó el viernes a la noche cuando nuestra coordinadora Ana María Vargas, nos comunicó vía facebook si nos gustaría participar de un simulacro de accidente, obviamente comente que me encantaría. El sábado siguiente, como todos los sábados, estuvimos en el campus educativo Malargüe a las 9 de la mañana. Después de unos minutos allí, segundo y tercer año, partimos para el polideportivo caminando y riendo como siempre.
Cuando llegamos, nos encontramos con el Subdirector del Hospital Regional Malargüe Dr. Díaz; él nos hablo de los motivos de la realización del simulacro y nos dijo que algunos de nosotros íbamos a tener un rol especial, dándonos unos papelitos que decían que debíamos hacer. A mí me tocó que me había dañado la espina dorsal, por lo que no podía mover mis brazos ni mis piernas. Había personas con piernas quebradas, brazos quebrados, dos personas nerviosas, un inconsciente e incluso 2 muertos. Obviamente solo nosotros y el subdirector sabíamos quién era quién.
Luego de una pequeña introducción, llegó un colectivo y un auto que simulaban un choque entre ellos. Dos de nosotros se colocaron en el auto que estaba perpendicular al colectivo, y el resto nos sentamos dentro del ómnibus. Tuvimos que esperar que se llamara a número de emergencia 911. Minutos después, se escuchaba gran cantidad de sirenas de los bomberos y ambulancias. Los primeros en bajarse para ayudar fueron los bomberos que verificaron al auto, mientras que otro entró al colectivo para verificar al chofer y dijo que los que estaban generalmente bien, si podían salir, que salieran caminando, para ayudar a los que estábamos más graves.
El bombero, junto con Dr. Díaz y dos enfermeros iban chequeando a los que quedábamos, analizando si estabamos inconscientes, pulso, respiración, dolores, etc. y nos clasificaban colocándonos cintas adhesivas en amarillo (no muy grave), rojo (grave) y negro (muerto). Yo era un rojo. En pocos segundos ya me diagnosticaron y trajeron una tabla rígida. Primero me pusieron un “pulpo” (algo como un chaleco que me mantenía con la espalda rígida) y un cuello ortopédico.

Estas fotos pertenecen a la página Web de la Municipalidad de Malargüe
Me levantaron y me colocaron en la tabla, me ataron y me sacaron fuera del colectivo. Yo por hacer el papel lo más real posible, dejé completamente sueltos mis miembros, lo que me llevo a tener varias raspaduras por el roce con los bordes de la puerta del ómnibus, pero tuve que mover mi brazo mientras me colocaban en la camilla así no me lo apretaran. Me subieron a la ambulancia y supongo dimos una vuelta al poli porque llegamos nuevamente allí, pero en el trayecto una enfermera conocida me pintó toda la cara con Pervinox.
Esta foto pertenece a la página Web de la Municipalidad de Malargüe
Matías Olate